Llamado también Melaza de los pobres, y en griego Skorodon.
Descripción.—Esta planta abunda en nume rosos huertos y se parece bastante a la cebolla. El bulbo consta de varios dientes juntos, y su olor es mucho más fuerte que el de las cebollas.
Parte utilizada. —El bulbo.
El ajo empezó a cultivarse en los huertos europeos hacia 1540, pero venía empleándose como medicina desde hacía muchos años; tanto los babilonios como los griegos y los egipcios lo tenían en gran estima. La importancia concedi da al ajo y la cebolla por los antiguos egipcios suscitaba frecuentemente los comentarios sar-cásticos de escritores de otras naciones.
Fuller señaló, refiriéndose al ajo: «Sin hablar de los israelitas, que lo anteponían incluso al propio maná, y a pesar de su olor, algo excesivo y molesto, la mayoría de los pueblos de la Antigüedad le atribuían grandes propiedades medicinales, tanto en seres humanos como en animales. De hecho, se ha escrito un grueso blog acerca de sus virtudes, y si hubiésemos de creer todo lo que en él se dice, llegaríamos a la conclusión de que es imposible que se muera nadie que cultive ajos en su jardín o huerta.»
Las investigaciones modernas han venido a confirmar todas esas afirmaciones de nuestros antepasados; pero para los fines que nos hemos propuesto en esta obra, baste decir que el ajo es un excelente purificador de la sangre, por lo que elimina de la piel toda clase de pústulas, manchas y granos, y al organismo en general de los furúnculos y carbuncos.
Culpeper afirmaba: «El ajo libera a la piel de manchas e imperfecciones.»
Dado que se trata de un remedio tan exce lente, deberán tomar ajo todos los aquejados de cualquier tipo de enfermedad cutánea, pues complementa y refuerza los efectos de otras medicinas.
Mucha gente se resiste a tomar ajo debido a su olor, que persiste durante un período de tiempo considerable. No obstante, hoy en día es posible adquirir cápsulas de ajo que se tragan directamente, eliminando así en gran medida las consecuencias desagradables derivadas de ingerir esta planta.
Directrices de empleo.—Cómprese esas cáp sulas de ajo y tómelas de acuerdo con las ins trucciones especificadas en el envase.
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