FUNCIONES Y ENFERMEDADES DE LA PIEL

Publicado por Sabrina Relmir
Cuando todo va bien y el organismo cuenta con un riego sanguíneo puro y alimentos bue nos y saludables, es muy improbable que apa rezcan erupciones en la piel.
La piel tiene que desempeñar numerosas funciones, y sólo si está sana podrá hacerlo a pleno rendimiento.
La piel debe ser capaz de absorber el aire y el sol con la misma eficiencia con que exuda el sudor y las sustancias tóxicas. Tiene que ser asi­mismo suave y elástica.
Si el cuerpo disfruta de una circulación san­guínea eficiente y la sangre es pura, lo reflejará en unas mejillas sanas y sonrosadas y en la sua vidad y ausencia de imperfecciones de la piel.
Por el contrario, si algo va mal en nuestro in­terior, la piel será de las primeras en mostrar se­ñales visibles, ya que cuando los canales normales para expulsar las materias residuales, es decir, los ríñones y los intestinos, no funcionan como debieran, llegan a deteriorarse y la piel se ve obligada a realizar esas tareas de elimina ción. Muchas personas padecen de estreñimien to, lo que puede provocar toda clase de defec tos e imperfecciones cutáneas.
Las erupciones hacen aparición en el punto de salida más fácil, según el tipo de sustancia tóxica que haya que eliminar.
Las personas que toman constantemente me­dicamentos padecen numerosos trastornos de la piel, pues su organismo está en todo mo mento intentando liberarse de los venenos y materias nocivas que éstas contienen; están también las personas que ingieren grandes can tidades de azúcar refinado, que crea una enor me acidez en el cuerpo, por lo que éste se ve igualmente forzado a expulsar esas sustancias tóxicas a través de la piel, y las que padecen de los nervios y tensiones nerviosas tampoco se ven libres; este grupo padece también trastornos cutáneos, así como los que rara vez sudan, no hacen suficiente ejercicio o llevan puesta tanta ropa que la piel no puede funcionar adecua damente.
Cuando aparece en la piel cualquier tipo de erupción debemos considerarlo como señal y
advertencia de que algo va mal en nuestro in terior.
Si nos limitamos a aplicar un tratamiento a la piel es como si pusiéramos los bueyes delante del carro; pero si abordamos el problema de fondo y purificamos la sangre, desaparecerán los síntomas cutáneos, cualesquiera que éstos sean.
Cuando aparece un carbunco o furúnculo es que se ha abierto un canal improvisado para la expulsión de células descompuestas, pus, sus tancias acidas y otros residuos que, en circuns tancias normales, deberían eliminarse a través de la orina y los excrementos, o también en forma de gas a través de los pulmones o de ven tosidades.
La naturaleza favorece siempre el equilibrio, y si nos detenemos a pensar un momento, nos daremos cuenta de que en ella todo está equi librado. Por tanto, cuando algo va mal, se es* fuerza denodadamente por reajustarlo, lo que significa muchas veces que los venenos y sus tancias tóxicas se eliminen a través de la piel.
Una de las razones de que haya habido un aumento de erupciones cutáneas consiste en el abuso de inyecciones, antibióticos, esteroides, sueros y vacunas, además de tantas pildoras y cápsulas tomadas por vía oral.
Algunos cosméticos pueden resultar también peligrosos para la piel, debido a su elevado con­tenido de sales de mercurio, arsénico, cobre y sulfatos. Pero hoy en día existen en el mercado algunos preparados a base de ingredientes na­turales, tales como hierbas y esencias, que son mucho más sanos.
Las erupciones cutáneas se conocen con mu­chos nombres distintos: el de dermatitis es el más comúnmente utilizado, y aunque significa simplemente inflamación de la piel, bajo él se escudan toda una serie de trastornos de la misma.
Entre los jóvenes de hoy en día predomina el acné, sobre todo porque abusan del azúcar y de los alimentos adulterados y artificiales.
Es, por tanto, esencial purificar la sangre y seguir una dieta alimenticia, temas que abor­daremos en otra parte de esta obra. No obstan te, conviene señalar que si se hace caso omiso del acné, en el plazo de dos o tres años esta clase de erupción cutánea puede llegar a hacerse muy grave y a producirse el desprendimiento de capas interiores de la piel. Aparecen, por tanto, agujeros y pústulas, que permanecerán durante largo tiempo, aun después de haberse eliminado hasta el último rastro de acné; en ocasiones, años y años. Por lo general, el acné
hace su aparición sólo en el rostro, pecho y hombros.
Los furúnculos son dolorosas hinchazones de color rojo oscuro o malva. Las sustancias tóxicas se van acumulando alrededor de un solo núcleo, y cuando llega el momento éste es expulsado, dejando paso al pus.
Los carbuncos son aparentemente iguales a los furúnculos, pero no sobresalen tanto de la superficie de la piel y suelen ser más profundos. También se diferencian de ellos en que rezu man a través de varias vías o canales y no de uno solamente.
El eccema debería ser examinado por un es­pecialista; según su aspecto y la zona en que aparece, recibe diferentes denominaciones mé­dicas. En los últimos años nos hemos encontra do con nuevos tipos de eccema producidos por el uso de cortisonas, penicilinas y otros medi camentos.
No obstante, en cualquiera de estos trastornos cutáneos es fundamental determinar qué es lo que ha provocado su aparición, pues siempre que hay un efecto debe haber una causa. Pueden deberse a toxinas de los alimentos, a alguna clase de deficiencia, al exceso de acidez, o a la ingestión de medicamentos dañinos.
Los picores constituyen uti síntoma importante y pueden llegar a ser graves. Los eccemas reaccionan mal al sol, el aire marino y el agua salada. No obstante, la psoriasis es otra dolencia muy corriente de la piel y debería diagnosticar se correctamente, ya que se parece mucho a un eccema, pero sin que el sol, el aire marino o el agua salada contribuyan a empeorarla en lo más mínimo. Prolifera sobre todo en otoño e invierno. En la mayoría de los casos va acompa ñado de incesantes picores que se recrudecen de noche.
Las herpes son una dolencia cutánea profun­damente arraigada que siguen siempre la línea del nervio o de los nervios afectados. Primero estallan las ampollas y luego se llenan de pus y sangre hasta formar costra. Constituyen una dolencia extraordinariamente penosa, y con frecuencia duran largos períodos de tiempo.
La urticaria es una modalidad de erupción cutánea que da lugar a la aparición de ronchas inflamadas. Este trastorno puede ser agudo o crónico, y resulta extremadamente molesto, pues la irritación es muy intensa. Las ronchas pueden surgir rápidamente en cualquier zona del cuerpo y durar unos minutos o una hora (no es frecuente que duren más), desaparecien do luego tan rápidamente como surgieron. No obstante, ese mismo día o al siguiente pueden
formarse ronchas en otra parte del cuerpo, de­pendiendo de la gravedad de la enfermedad.
Las verrugas pueden surgir en cualquier re gión del cuerpo y ser aplastadas, grandes o pe queñas, en forma de semilla o en punta. Una vez más, su aparición es señal de que algo no va bien en nuestro organismo. No se debería in tentar cauterizarlas o cortarlas bajo ninguna cir cunstancia.
Mediante la aplicación de tratamientos cons­titucionales se logra la desaparición de nume rosas dolencias cutáneas y de muchos tipos de verrugas.

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